martes, 13 de diciembre de 2016

La Huerta y Vos agradece los mensajes y fotos 
























































Les deseamos un buen año 2017

El equipo de La Huerta y Vos

miércoles, 7 de diciembre de 2016

La  Huerta en Verano y sus cuidados

En verano la temperatura e intensidad de la luz solar son muy elevadas. Son muchas las especies que podemos cultivar en esta época ya sea hortalizas de fruto, raíz u hoja, pero habrá que tener algunos cuidados particulares ya que existen algunas diferencias entre ellas.


Necesidades de luz
Entre las hortalizas con mayores requerimientos de luz solar encontramos zapallo, pepino, melón, sandía, tomate, morrón, berenjena, poroto, maíz. Otras como albahaca, rúcula, lechuga, rabanito, requieren menos luz por lo que habrá que intercalarlas con las especies de porte más alto. Pero aún así, para evitar problemas de quemado por el sol, en zonas dónde el sol tiene alta incidencia se sugiere complementar los cuidados mediante la cubierta con mallas de sombra.


Necesidades de riego
La disponibilidad de agua para las plantas en esta época es fundamental, sin embargo siguiendo las pautas de manejo orgánico los riegos deben ser moderados, con regadera o riego por goteo, evitando el encharcamiento del suelo. Se sugiere regar temprano en la mañana y al caer la tarde.

Cuidado del suelo
Es necesario cubrir el suelo con por ejemplo, pasto seco, hojas secas, paja o cáscara de arroz para evitar la compactación con el agua de riego, mantener la humedad y evitar el crecimiento de malezas.


Todos estos cuidados se deben aplicar a todo el sistema que comprende nuestra huerta en los meses de más calor, ya sea que cultivemos a campo, en canteros, macetas o tanques y partiendo de un suelo bien preparado como se sugirió en la entrega “La Huerta Orgánica en Primavera”.

Por último recordar que algunas especies como por ejemplo poroto o tomate necesitarán de una guía o tutor (tipo hilo de rafia) para conducir o sostener la planta.


viernes, 25 de noviembre de 2016

Suelos  ácidos y alcalinos, cómo corregirlos

Ya mencionamos en entregas anteriores que la mayoría de las plantas hortícolas crecen en suelos ligeramente ácidos a neutros con pH entre 6 y 7.

Cuando nos alejamos de esos valores se presentan problemas en el crecimiento de las plantas, debido a que los nutrientes no estarán solubles para que las plantas los puedan tomar y además se verá afectada la actividad microbiana del suelo que en la agricultura orgánica es de gran importancia.

El pH del suelo en una huerta orgánica no debería ser un problema ya que dentro de las sugerencias de manejo (tratadas en el blog), está el agregado de  compost o humus de lombriz, que permiten mantener el pH próximo a la neutralidad.


Recordemos que la determinación del pH se realiza con cintas indicadoras de papel tornasol que se adquieren en comercios especializados según explicamos en la entrega El pH del suelo en la Huerta Orgánica.

Debido a frecuentes consultas en este tema, es importante tener en cuenta que solamente en los casos en que hayamos comprobado que el pH es muy ácido o alcalino debemos recurrir a ciertas estrategias como la incorporación de enmiendas (turba, humus, cenizas de madera), para mejorar las propiedades del suelo.

Suelos con pH ácido

El agregado de cenizas de madera es una solución en suelos ácidos, ya que al ser éstas muy alcalinas aumentan el pH del suelo y desbloquean nutrientes dejándolos disponibles para que las plantas los puedan tomar.

En la combustión de la madera se consume el carbono orgánico y las cenizas resultantes contienen principalmente calcio y potasio en forma de carbonatos, además podemos encontrar en menor proporción  fósforo, hierro, aluminio, magnesio y manganeso. Las cenizas procedentes de madera  dura contienen más nutrientes que las procedentes de madera blanda.

Suelos con pH alcalino

En este tipo de suelos se sugiere agregar materiales acidificantes como estiércol, turba, mantillo, hojas de pino, lo que se deberá realizar con suficiente tiempo ya que los efectos se manifestarán a largo plazo.

En el caso de usar estiércol tendrá que pasar por un proceso de estabilización, ya que los productos de su descomposición pueden afectar la actividad microbiana del suelo.


lunes, 14 de noviembre de 2016

Semillas a usar en la Huerta Orgánica

Una pregunta frecuente entre quienes inician su experiencia en la Huerta Orgánica es: qué semillas debo usar y dónde las consigo.

Si bien uno de los objetivos de los proyectos de huerta orgánica es llegar a producir nuestra propia semilla, al principio vamos a tener que obtenerla de amigos que ya producen su semilla o a través de un banco de semillas. El uso de estas semillas nos asegura que la semilla sea de calidad, de origen conocido ya que se trata de semillas de variedades adaptadas a nuestras condiciones, que han sido seleccionadas y preservadas, en muchos casos durante varias generaciones.

Sin embargo, muchas veces vamos a tener que recurrir a distintos medios para obtener las semillas y para esto debemos saber que existen diferentes tipos:

Semillas de especies de variedades adaptadas localmente o semillas criollas.


Estas son las que debemos preferir. Estas semillas han sido adaptadas a nuestras condiciones locales por un proceso de selección natural o manual de los productores. Su uso evita la pérdida de biodiversidad, promueven la soberanía alimentaria ya que las plantas que descienden de ellas son fértiles, es decir nos darán la semilla para la siguiente siembra. Es una aspiración de quienes tienen una huerta orgánica llegar a producirlas.

Semillas híbridas.
Estas semillas deben ser evitadas. Se obtienen de plantas originadas por el cruzamiento de dos especies o variedades genéticamente diferentes, mediante polinización cruzada que puede ser artificial, realizada por el hombre o natural, mediante agentes polinizadores. Si bien la primer cosecha obtenida es de alto rendimiento (ya que se buscan las mejores características genéticas de las dos líneas que le dieron origen),  la descendencia de las plantas híbridas en la mayoría de los casos no es fértil, es decir que no vamos a poder usar las semillas de estas plantas, ya sea porque no germinarán o en el caso que lo hagan, las plantas que se obtienen de ellas serán desuniformes o poco productivas, totalmente diferentes a la planta antecesora.                
En los envases comerciales estas semillas se identifican porque aparece la palabra “Híbrido” a continuación del nombre de la especie o “F1”.

Semillas transgénicas.
Este tipo de semillas no debe utilizarse nunca en la huerta orgánica. Son las que se obtienen de plantas en las que se realizó manipulación genética en el laboratorio, mediante la introducción en esa planta de genes procedentes de otra planta o un microorganismo (bacteria, virus) o un animal (cerdo, pollo) o de un pez o de un insecto. En este caso se han roto las barreras naturales para generar la vida. Esto se realiza con distintos fines como por ejemplo para aumentar la resistencia a plagas que atacan las plantas, lo que significa que la plaga que se alimente de esa planta morirá por la existencia en todas las células de la planta de un agrotóxico. (Habría que preguntarse cómo afecta el consumo de estos cultivos a todo el reino animal).
En los envases comerciales estas semillas las identificamos porque se destacan sus características como resistencia a insectos (RI), tolerante a herbicidas (TH), entre otras.
Un problema adicional que preocupa a técnicos y productores orgánicos es la contaminación del polen de los maíces nativos o criollos con el polen de los maíces transgénicos, hecho comprobado en nuestro país en recientes investigaciones, con las inminentes consecuencias en la pérdida de la diversidad (material genético) y de la soberanía alimentaria, que es el derecho de cada pueblo a elegir su propia agricultura.

Por eso debemos tener mucho cuidado a la hora de elegir las semillas a sembrar en nuestra huerta y  tener presente su origen.

A tener en cuenta:


Muchas veces cuando se comienza una huerta tenemos que recurrir a la compra de semillas en alguna de las semillerías para lo cual tendremos que pedir información sobre el origen de las semillas (descartando las híbridas y transgénicas), de esta manera se podrán cumplir los  objetivos de obtener productos sanos, nutritivos y además, producir nuestras propias semillas. Cuando existan dudas pediremos opinión a amigos o conocidos que tengan experiencia.




miércoles, 2 de noviembre de 2016

Las Huertas  Comunitarias  Barriales  y sus Beneficios para la Comunidad

“ Las hojas bailaban verdes, centelleantes. Sentí que esto era el verdadero paraíso sobre la tierra. Todo lo que me había poseído, todas las agonías, desaparecieron como sueños e ilusiones y algo que se podría denominar la verdadera naturaleza se reveló ante mí."

Masanobu Fukuoka

Cada vez encontramos menos casas que tengan al menos un metro cuadrado de terreno y es por eso que muchas veces recurrimos a estrategias que nos permiten tener una pequeña huerta en una terraza, azotea o patio con resultados por demás enriquecedores.

Hoy nos vamos a referir a otras huertas, las Huertas Comunitarias Barriales, muchas de ellas fueron el empujón que necesitaban algunos vecinos para animarse a poner las manos en la tierra y descubrir sus múltiples beneficios sociales, urbanísticos, ambientales y económicos.


Desde lo social este tipo de experiencia permite mejorar la calidad de vida  de los vecinos, desarrollar la solidaridad, la autogestión, las relaciones entre las distintas generaciones y el sentido de pertenencia al barrio.


En lo urbanístico y ambiental  los huertos comunitarios permiten recuperar espacios abandonados y transformarlos en lugares de inspiración, de disfrute de la naturaleza, de adquisición de técnicas de agricultura orgánica.


En lo económico se logra  la autoproducción de alimentos orgánicos de calidad, permitiendo reproducir la experiencia y los conocimientos adquiridos en los hogares.

Si bien existen algunos barrios en los que se han promovido este tipo de proyectos, aún queda mucho por hacer para lograr difundir y entusiasmar a los vecinos, para en definitiva recuperar muchos de los valores que nos han caracterizado como sociedad.


lunes, 24 de octubre de 2016

La Luna, el Sol, las Constelaciones y la Huerta  Orgánica

Desde tiempos muy antiguos se ha observado que  los movimientos de la luna, el sol e incluso otros astros del cielo influyen en el crecimiento de las plantas, lo cual se fue trasmitiendo a lo largo de varias generaciones.


Algunos estudios como el de Torres, (2012), han demostrado que los procesos biológicos que se dan en la naturaleza, están influenciados por las fuerzas gravitatorias del sol, la luna, los planetas y las constelaciones. 
En los vegetales, estos inciden en la dinámica de los fluidos de los tejidos, en el comportamiento de los microorganismos causantes de enfermedades, en las plagas que atacan las plantas, en la fotosíntesis, en la germinación de las semillas, en la absorción de nutrientes del suelo y en la calidad de las cosechas.

Como hemos señalado anteriormente, la agricultura orgánica se sustenta en base a una serie de medidas de manejo (asociación-rotación de cultivos, contenido de materia orgánica del suelo, entre otros). Considerar la influencia de la luna, el sol o las constelaciones a la hora de definir realizar determinadas actividades en la huerta, es válido, en la medida que quien las aplique haya obtenido resultados favorables, lo cual tiene  una explicación científica pero compleja, debido a la gran cantidad de factores involucrados.

Las diferentes fases de la luna inciden en el ascenso o descenso de la savia de las plantas, lo que tendrá efectos en el desarrollo, productividad y calidad de las cosechas. Esto estaría justificando muchas de las creencias populares trasmitidas de generación en generación y que dan buenos resultados.

Algunos ejemplos a destacar:

Cuando la luna está en fase creciente la savia bruta transportada por el xilema, comienza a ascender desde las raíces hacia las hojas. En esta fase se favorece en las plantas el desarrollo vegetativo, el crecimiento en altura y la producción de  frutos. Se sugiere entonces sembrar: tomate, morrón, poroto, maíz, zapallo. Muchos productores evitan sembrar lechuga en fase creciente para evitar su floración temprana. También en esta fase las plantas tendrán una menor resistencia a enfermedades.

Cuando la luna está en fase menguante la savia elaborada transportada por el floema, comienza a descender desde los tallos y hojas verdes hacia la raíz. En esta fase se favorece el desarrollo de cultivos que desarrollan raíces y tubérculos bajo tierra. Se sugiere sembrar: zanahoria, remolacha, rabanito, papa y por lo que dijimos anteriormente lechuga o acelga. En esta fase puede aumentar la resistencia de las plantas a las enfermedades.

También se observó que las diferentes fases lunares tendrían incidencia sobre la actividad de los insectos y sobre la cría y reproducción de lombrices.

El tema tratado constituye una razón más sobre la importancia de considerar a nuestra huerta como un sistema que es parte de otros, y donde existen una gran diversidad de factores que se interrelacionan. Cuanto mayor sea la cantidad de factores considerados, mejores serán los resultados.


Torres M, A.V (2012) Determinar la influencia de la luna en la agricultura. Universidad de Cuenca Facultad de Ciencias Agropecuarias.


martes, 11 de octubre de 2016

Importancia de la Educación Ambiental en niños y jóvenes.

Si bien la Educación Ambiental no está restringida a ninguna edad, (es más, hoy se la considera un instrumento para que los colectivos se informen y adquieran habilidades para defender su derecho a tener un ambiente libre de contaminantes), es en niños y jóvenes donde adquiere su mayor potencialidad.

La transversalidad de la educación ambiental en los programas de estudio permite a los docentes acompañar el desarrollo de niños y jóvenes para que sean más autónomos, creativos, cuestionadores, reflexivos ya que la dimensión ambiental les permitirá tener una mirada más amplia y disponer de más estrategias.


Las decisiones que cada uno de nosotros toma todos los días afectan el entorno y dependen de nuestra valoración.

Sea cual sea la herramienta utilizada,  la educación ambiental debe lograr un cambio en la manera de pensar y actuar que se manifieste  en  actitudes y hábitos  para una mejor convivencia.


Un claro ejemplo de esto se visualiza en los centros de enseñanza que desarrollan proyectos de huerta orgánica: allí se aprende a observar, a ser pacientes, a descubrir, a cometer errores que nos van a permitir aprender, a saber que podemos tener otras oportunidades, a cuidarnos a nosotros y a los otros, a ser solidarios, a cuestionar, a rescatar esos valores  que no queremos perder. Como lo planteaba Lewis, (1996), “Las plantas son tan eficaces en la obtención de respuestas humanas debido a que su entorno contrasta fuertemente con el mundo social en que nos movemos…. Las plantas no tienen prejuicios, no amenazan y no discriminan. Responden a la atención, no a las fortalezas o debilidades de la persona que la haya facilitado…”

Lewis, C.A. (1996) Green Nature Human Nature: The meaning of plants in our lives. Illinois: University of Illinois Press.


lunes, 3 de octubre de 2016

Las Plantas Florales en la Huerta Orgánica

En reiteradas oportunidades hemos hablado de las ventajas que ofrecen las especies florales en la huerta para mantener el equilibrio de nuestro agro-ecosistema orgánico. Ya sea para atraer insectos benéficos (como polinizadores o enemigos naturales) o como repelentes de insectos plaga. 


Las flores las podemos obtener a partir de la siembra de semillas o como plantita en algún vivero.

En el siguiente cuadro se presenta un esquema sencillo para su cultivo en la huerta.


Algunas especies nos brindan beneficios particulares, como la Caléndula, el Copete o Tagete, la Capuchina o Taco de Reina. 

Caléndula



Es comestible.
Atrae polinizadores y enemigos naturales.
Es planta trampa de pulgones.

Copete o Tagete


Atrae polinizadores.
Controla Nematodes del suelo debido a que produce sustancias Alelopáticas.
Es repelente de pulgones y cochinillas.

Capuchina o Taco de Reina


Es comestible.
Atrae polinizadores.
Es repelente de pulgones.
Cubre el suelo ya que es rastrera y lo protege.
Atrae enemigos naturales como pequeñas avispitas.

Las flores además, le dan un toque de color, alegría y armonía a la huerta lo que  hace de estar allí,  un placer.


miércoles, 28 de septiembre de 2016

Stevia en la Huerta Orgánica

La Stevia cuyo nombre científico es Stevia rebaudiana, era conocida por los indígenas guaraníes como “yerba dulce”.



En la actualidad las hojas de la Stevia se usan como edulcorante natural debido a que contienen una sustancia que es quince veces más dulce que el azúcar de mesa y no produce efectos secundarios. La Organización Mundial de la Salud ha reconocido las propiedades que posee la Stevia como reductor del nivel de glucosa en la sangre y como regulador de la presión arterial.

Se trata de una planta arbustiva que es semiperenne y pertenece a la familia de las Compuestas como por ejemplo la Lechuga.

Es fácil de cultivar, aún en pequeñas superficies como un balcón, pero presenta una gran variabilidad genética por lo que no se sugiere la propagación por semilla.

Propagación de la Stevia

Si queremos tener algunas plantas en nuestra huerta, vamos a tener que partir de una planta vigorosa que podemos adquirir en algunos viveros para hacer la multiplicación mediante esquejes en primavera.

Etapas:

  • A fines de octubre, cuando los brotes están bien desarrollados y sanos vamos a extraer con una tijera los esquejes que deberán tener  10 a 15 cm de largo, cinco nudos y estar libres de  flores terminales. Es importante cortar los esquejes por debajo del quinto nudo y luego sacar las hojas de la base dejando solamente las hojas terminales. 

  • Los esquejes cortados se ponen en un vaso con agua a la sombra hasta su plantación.
  •  Para la siembra de los esquejes ya sea en macetas o en un cajón o en un rincón de algún cantero debemos preparar el suelo con una mezcla de tierra y abono orgánico. Allí vamos a enterrar los esquejes unos 5 cm con ayuda de una cuchara o pala y tratando de que no queden bolsas de aire alrededor de la raíz para facilitar el enraizamiento.


  • Por último regamos  de forma que el suelo quede bien mojado teniendo en cuenta que los esquejes deben estar en un lugar iluminado pero la luz del sol no les puede incidir directamente.  
             
  • Al cabo de un par de meses luego de haber regado y cuidado los esquejes del sol intenso, vamos a poder obtener las plantas que trasplantaremos  a su lugar definitivo.

De esta manera vamos a poder tener nuevas plantas que durarán  varios años en nuestra huerta siempre que acondicionemos el suelo con el agregado de abono orgánico en otoño y primavera.

Cuidados

La Stevia es sensible a heladas por lo que durante la estación fría habrá que protegerla de las bajas temperaturas con polietileno o botellas de plástico (en el caso de plantas en macetas). En verano debemos evitar exponerla al sol directo por lo que habrá que protegerla con malla sombra.

En cuanto al riego, evitar los excesos o la falta de agua.

La Stevia se puede asociar a los cultivos de la huerta, teniendo en cuenta que esta planta durará varios años.

lunes, 12 de septiembre de 2016

El pH del suelo en la Huerta Orgánica

La acidez del suelo se determina mediante la cantidad de iones H+ que están presentes en una solución de suelo y la mejor forma de determinar la acidez o alcalinidad de los suelos es mediante el valor de pH (potencial de hidrógeno) que puede estar entre 1 a 14.
En base a ese valor hablamos de suelos ácidos cuando el pH es menor a 7, suelos alcalinos cuando el pH es mayor a 7 y suelos neutros cuando el pH es 7.

¿Por qué es importante determinar el pH del suelo?

Las plantas absorben los nutrientes del suelo siempre que estén solubles, es decir el suelo puede tener una gran cantidad de nutrientes, pero si no están solubles las plantas no lo pueden absorber. Esto ocurre en los suelos muy ácidos, en ellos se verá afectada  la absorción de nutrientes porque la acidez incide en la solubilidad, por esto deberíamos conocer el pH del suelo.
Los suelos con pH muy ácido pueden provocar toxicidad en las plantas por alto contenido de metales como aluminio, hierro, manganeso, cobre, cobalto o boro, además se ve afectada la actividad microbiana y de las lombrices que cumplen una función de enorme importancia en el suelo.
Los suelos con pH muy alcalino son deficientes en hierro y provocan en la planta clorosis, la que se  manifiesta en amarillamiento de hojas y posterior muerte de la planta.

Cuando queremos instalar una huerta a campo y existen dudas sobre el pH del suelo (o incluso como actividad para realizar en los proyectos educativos), una práctica adecuada y sencilla es determinar el pH con papel tornasol o papel pH.


Procedimiento:
  • Colocamos en un recipiente de vidrio una  suspensión de suelo que se obtiene mezclando una parte de suelo y dos partes de agua destilada.
  • Luego sumergimos la cinta de papel en la suspensión por algunos segundos.
  • De acuerdo al color que toma la cinta podemos determinar el pH del suelo.


La mayoría de las plantas de la huerta prefieren suelos entre ligeramente ácidos a neutros con pH entre 6 y 7. Algunas especies toleran suelos algo más ácidos (frutilla, boniato, berenjena, papas) y otras algo alcalinos (habas).

En la huerta orgánica el manejo del suelo, basado en el aporte de abonos orgánicos en otoño y primavera como compost o humus de lombriz, permite mejorar las propiedades químicas del suelo como por ejemplo las posibles variaciones del pH llevándolo a la neutralidad, además de mejorar las propiedades físicas y biológicas.