viernes, 23 de diciembre de 2016
martes, 13 de diciembre de 2016
miércoles, 7 de diciembre de 2016
La Huerta en Verano y sus cuidados
En verano la temperatura e intensidad de la luz solar
son muy elevadas. Son muchas las especies que podemos cultivar en esta época ya
sea hortalizas de fruto, raíz u hoja, pero habrá que tener algunos cuidados particulares
ya que existen algunas diferencias entre ellas.
Necesidades de luz
Entre las hortalizas con mayores requerimientos de luz
solar encontramos zapallo, pepino, melón, sandía, tomate, morrón, berenjena,
poroto, maíz. Otras como albahaca, rúcula, lechuga, rabanito, requieren menos
luz por lo que habrá que intercalarlas con las especies de porte más alto. Pero
aún así, para evitar problemas de quemado por el sol, en zonas dónde el sol
tiene alta incidencia se sugiere complementar los cuidados mediante la cubierta
con mallas de sombra.
Necesidades de riego
La disponibilidad de agua para las plantas en esta
época es fundamental, sin embargo siguiendo las pautas de manejo orgánico los
riegos deben ser moderados, con regadera o riego por goteo, evitando el
encharcamiento del suelo. Se sugiere regar temprano en la mañana y al caer la
tarde.
Cuidado del suelo
Es necesario cubrir el suelo con por ejemplo, pasto
seco, hojas secas, paja o cáscara de arroz para evitar la compactación con el
agua de riego, mantener la humedad y evitar el crecimiento de malezas.
Todos estos cuidados se deben aplicar a todo el
sistema que comprende nuestra huerta en los meses de más calor, ya sea que
cultivemos a campo, en canteros, macetas o tanques y partiendo de un suelo bien
preparado como se sugirió en la entrega “La
Huerta Orgánica en Primavera”.
Por último recordar que algunas especies como por ejemplo poroto o tomate
necesitarán de una guía o tutor (tipo hilo de rafia) para conducir o sostener
la planta.
viernes, 25 de noviembre de 2016
Suelos ácidos y alcalinos, cómo corregirlos
Ya mencionamos en entregas anteriores que la mayoría
de las plantas hortícolas crecen en suelos ligeramente ácidos a neutros con pH
entre 6 y 7.
Cuando nos alejamos de esos valores se presentan
problemas en el crecimiento de las plantas, debido a que los nutrientes no
estarán solubles para que las plantas los puedan tomar y además se verá
afectada la actividad microbiana del suelo que en la agricultura orgánica es de
gran importancia.
El pH del suelo en una huerta orgánica no debería ser
un problema ya que dentro de las sugerencias de manejo (tratadas en el blog),
está el agregado de compost o humus de
lombriz, que permiten mantener el pH próximo a la neutralidad.
Recordemos que la determinación del pH se realiza con cintas
indicadoras de papel tornasol que se adquieren en comercios especializados
según explicamos en la entrega El
pH del suelo en la Huerta Orgánica.
Debido a frecuentes consultas en este tema, es
importante tener en cuenta que solamente en los casos en que hayamos comprobado
que el pH es muy ácido o alcalino debemos recurrir a ciertas estrategias como
la incorporación de enmiendas (turba, humus, cenizas de madera),
para mejorar las propiedades del suelo.
Suelos con pH ácido
El agregado de cenizas de madera es una solución en
suelos ácidos, ya que al ser éstas muy alcalinas aumentan el pH del suelo y desbloquean
nutrientes dejándolos disponibles para que las plantas los puedan tomar.
En la combustión de la madera se consume el carbono
orgánico y las cenizas resultantes contienen principalmente calcio y potasio en
forma de carbonatos, además podemos encontrar en menor proporción fósforo, hierro, aluminio, magnesio y
manganeso. Las cenizas procedentes de madera
dura contienen más nutrientes que las procedentes de madera blanda.
Suelos con pH alcalino
En este tipo de suelos se sugiere agregar materiales
acidificantes como estiércol, turba, mantillo, hojas de pino, lo que se deberá
realizar con suficiente tiempo ya que los efectos se manifestarán a largo
plazo.
En el
caso de usar estiércol tendrá que pasar por un proceso de estabilización, ya
que los productos de su descomposición pueden afectar la actividad microbiana
del suelo.
lunes, 14 de noviembre de 2016
Semillas a usar en la Huerta Orgánica
Una pregunta frecuente entre quienes inician su
experiencia en la Huerta Orgánica es: qué semillas debo usar y dónde las
consigo.
Si bien uno de los objetivos de los proyectos de
huerta orgánica es llegar a producir nuestra propia semilla, al principio vamos
a tener que obtenerla de amigos que ya producen su semilla o a través de un
banco de semillas. El uso de estas semillas nos asegura que la semilla sea de
calidad, de origen conocido ya que se trata de semillas de variedades adaptadas
a nuestras condiciones, que han sido seleccionadas y preservadas, en muchos
casos durante varias generaciones.
Sin embargo, muchas veces vamos a tener que recurrir a
distintos medios para obtener las semillas y para esto debemos saber que
existen diferentes tipos:
Semillas de especies de variedades adaptadas
localmente o semillas criollas.
Estas son las que debemos preferir. Estas semillas han
sido adaptadas a nuestras condiciones locales por un proceso de selección
natural o manual de los productores. Su uso evita la pérdida de biodiversidad,
promueven la soberanía alimentaria ya que las plantas que descienden de ellas
son fértiles, es decir nos darán la semilla para la siguiente siembra. Es una
aspiración de quienes tienen una huerta orgánica llegar a producirlas.
Semillas híbridas.
Estas semillas deben ser evitadas. Se obtienen de
plantas originadas por el cruzamiento de dos especies o variedades genéticamente
diferentes, mediante polinización cruzada que puede ser artificial, realizada
por el hombre o natural, mediante agentes polinizadores. Si bien la primer
cosecha obtenida es de alto rendimiento (ya que se buscan las mejores
características genéticas de las dos líneas que le dieron origen), la descendencia de las plantas híbridas en la
mayoría de los casos no es fértil, es decir que no vamos a poder usar las
semillas de estas plantas, ya sea porque no germinarán o en el caso que lo
hagan, las plantas que se obtienen de ellas serán desuniformes o poco
productivas, totalmente diferentes a la planta antecesora.
En los envases comerciales estas
semillas se identifican porque aparece la palabra “Híbrido” a continuación del
nombre de la especie o “F1”.
Semillas transgénicas.
Este tipo de semillas no debe utilizarse nunca en la
huerta orgánica. Son las que se obtienen de plantas en las que se realizó
manipulación genética en el laboratorio, mediante la introducción en esa planta
de genes procedentes de otra planta o un microorganismo (bacteria, virus) o un
animal (cerdo, pollo) o de un pez o de un insecto. En este caso se han roto las
barreras naturales para generar la vida. Esto se realiza con distintos fines
como por ejemplo para aumentar la resistencia a plagas que atacan las plantas, lo
que significa que la plaga que se alimente de esa planta morirá por la
existencia en todas las células de la planta de un agrotóxico. (Habría que
preguntarse cómo afecta el consumo de estos cultivos a todo el reino animal).
En los envases comerciales estas semillas las
identificamos porque se destacan sus características como resistencia a
insectos (RI), tolerante a herbicidas (TH), entre otras.
Un problema adicional que preocupa a técnicos y
productores orgánicos es la contaminación del polen de los maíces nativos o
criollos con el polen de los maíces transgénicos, hecho comprobado en nuestro
país en recientes investigaciones, con las inminentes consecuencias en la
pérdida de la diversidad (material genético) y de la soberanía alimentaria, que
es el derecho de cada pueblo a elegir su propia agricultura.
Por eso debemos tener mucho cuidado a la hora de
elegir las semillas a sembrar en nuestra huerta y tener presente su origen.
A tener en
cuenta:
Muchas veces cuando se comienza una huerta tenemos que
recurrir a la compra de semillas en alguna de las semillerías para lo cual tendremos
que pedir información sobre el origen de las semillas (descartando las híbridas
y transgénicas), de esta manera se podrán cumplir los objetivos de obtener productos sanos, nutritivos
y además, producir nuestras propias semillas. Cuando existan dudas pediremos
opinión a amigos o conocidos que tengan experiencia.
miércoles, 2 de noviembre de 2016
Las Huertas Comunitarias
Barriales y sus Beneficios para la Comunidad
“ Las hojas bailaban verdes,
centelleantes. Sentí que esto era el verdadero paraíso sobre la tierra. Todo lo
que me había poseído, todas las agonías, desaparecieron como sueños e ilusiones
y algo que se podría denominar la verdadera naturaleza se reveló ante mí."
Masanobu Fukuoka
Cada vez encontramos menos casas que tengan al menos
un metro cuadrado de terreno y es por eso que muchas veces recurrimos a estrategias
que nos permiten tener una pequeña huerta en una terraza, azotea o patio con
resultados por demás enriquecedores.
Hoy nos vamos a referir a otras huertas, las Huertas
Comunitarias Barriales, muchas de ellas fueron el empujón que necesitaban
algunos vecinos para animarse a poner las manos en la tierra y descubrir sus
múltiples beneficios sociales, urbanísticos, ambientales y económicos.
Desde lo social este tipo de experiencia permite
mejorar la calidad de vida de los
vecinos, desarrollar la solidaridad, la autogestión, las relaciones entre las distintas
generaciones y el sentido de pertenencia al barrio.
En lo urbanístico y ambiental los huertos comunitarios permiten recuperar
espacios abandonados y transformarlos en lugares de inspiración, de disfrute de
la naturaleza, de adquisición de técnicas de agricultura orgánica.
En lo económico se logra la autoproducción de alimentos orgánicos de calidad,
permitiendo reproducir la experiencia y los conocimientos adquiridos en los
hogares.
Si bien existen algunos barrios en los que se han
promovido este tipo de proyectos, aún queda mucho por hacer para lograr difundir
y entusiasmar a los vecinos, para en definitiva recuperar muchos de los valores
que nos han caracterizado como sociedad.
lunes, 24 de octubre de 2016
La Luna, el Sol, las Constelaciones y la Huerta Orgánica
Desde tiempos muy antiguos se ha observado que los movimientos de la luna, el sol e incluso
otros astros del cielo influyen en el crecimiento de las plantas, lo cual se
fue trasmitiendo a lo largo de varias generaciones.
Algunos estudios como el de Torres, (2012), han
demostrado que los procesos biológicos que se dan en la naturaleza, están
influenciados por las fuerzas gravitatorias del sol, la luna, los planetas y las constelaciones.
En los vegetales, estos
inciden en la dinámica de los fluidos de los tejidos, en el comportamiento de
los microorganismos causantes de enfermedades, en las plagas que atacan las
plantas, en la fotosíntesis, en la germinación de las semillas, en la absorción de nutrientes del suelo y en la calidad de las cosechas.
Como hemos señalado anteriormente, la agricultura
orgánica se sustenta en base a una serie de medidas de manejo
(asociación-rotación de cultivos, contenido de materia orgánica del suelo,
entre otros). Considerar la influencia de la luna, el sol o las constelaciones
a la hora de definir realizar determinadas actividades en la huerta, es válido,
en la medida que quien las aplique haya obtenido resultados favorables, lo cual
tiene una explicación científica pero compleja, debido a la gran cantidad de
factores involucrados.
Las diferentes fases de la luna inciden en el ascenso
o descenso de la savia de las plantas, lo que tendrá efectos en el desarrollo,
productividad y calidad de las cosechas. Esto estaría justificando muchas de
las creencias populares trasmitidas de generación en generación y que dan
buenos resultados.
Algunos ejemplos
a destacar:
Cuando la luna está en fase creciente la savia
bruta transportada por el xilema, comienza a ascender desde las raíces hacia
las hojas. En esta fase se favorece en las plantas el desarrollo vegetativo, el
crecimiento en altura y la producción de frutos. Se sugiere entonces sembrar: tomate, morrón,
poroto, maíz, zapallo. Muchos productores evitan sembrar lechuga en fase creciente para evitar su
floración temprana. También en esta fase las plantas tendrán una menor
resistencia a enfermedades.
Cuando la luna está en fase menguante la savia
elaborada transportada por el floema, comienza a descender desde los tallos y
hojas verdes hacia la raíz. En esta fase se favorece el desarrollo de cultivos
que desarrollan raíces y tubérculos bajo tierra. Se sugiere sembrar: zanahoria,
remolacha, rabanito, papa y por lo que dijimos anteriormente lechuga o acelga.
En esta fase puede aumentar la resistencia de las plantas a las enfermedades.
También se observó que las diferentes fases lunares
tendrían incidencia sobre la actividad de los insectos y sobre la cría y
reproducción de lombrices.
El tema tratado constituye una razón más sobre la
importancia de considerar a nuestra huerta como un sistema que es parte de
otros, y donde existen una gran diversidad de factores que se interrelacionan.
Cuanto mayor sea la cantidad de factores considerados, mejores serán los
resultados.
Torres
M, A.V (2012) Determinar la influencia de la luna en la agricultura.
Universidad de Cuenca Facultad de Ciencias Agropecuarias.
martes, 11 de octubre de 2016
Importancia de la Educación Ambiental en niños y
jóvenes.
Si bien la Educación Ambiental no está restringida a
ninguna edad, (es más, hoy se la considera un instrumento para que los
colectivos se informen y adquieran habilidades para defender su derecho a tener
un ambiente libre de contaminantes), es en niños y jóvenes donde adquiere su
mayor potencialidad.
La transversalidad de la educación ambiental en los
programas de estudio permite a los docentes acompañar el desarrollo de niños y
jóvenes para que sean más autónomos, creativos, cuestionadores, reflexivos ya
que la dimensión ambiental les permitirá tener una mirada más amplia y disponer
de más estrategias.
Las decisiones que cada uno de nosotros toma todos los
días afectan el entorno y dependen de nuestra valoración.
Sea cual sea la herramienta utilizada, la educación ambiental debe lograr un cambio
en la manera de pensar y actuar que se manifieste en
actitudes y hábitos para una
mejor convivencia.
Un claro ejemplo de esto se visualiza en los centros
de enseñanza que desarrollan proyectos de huerta orgánica: allí se aprende a
observar, a ser pacientes, a descubrir, a cometer errores que nos van a
permitir aprender, a saber que podemos tener otras oportunidades, a cuidarnos a
nosotros y a los otros, a ser solidarios, a cuestionar, a rescatar esos
valores que no queremos perder. Como lo planteaba
Lewis, (1996), “Las plantas son tan eficaces en la obtención de respuestas
humanas debido a que su entorno contrasta fuertemente con el mundo social en que
nos movemos…. Las plantas no tienen prejuicios, no amenazan y no discriminan.
Responden a la atención, no a las fortalezas o debilidades de la persona que la
haya facilitado…”
Lewis, C.A.
(1996) Green Nature Human Nature: The meaning of plants in our lives. Illinois:
University of Illinois Press.
lunes, 3 de octubre de 2016
Las Plantas Florales en la Huerta Orgánica
En reiteradas oportunidades hemos hablado de las
ventajas que ofrecen las especies florales en la huerta para mantener el
equilibrio de nuestro agro-ecosistema orgánico. Ya sea para atraer insectos
benéficos (como polinizadores o enemigos naturales) o como repelentes de
insectos plaga.
Las flores las podemos obtener a partir de la siembra de semillas
o como plantita en algún vivero.
En el siguiente cuadro se presenta un esquema sencillo
para su cultivo en la huerta.
Algunas especies nos brindan beneficios particulares, como
la Caléndula, el Copete o Tagete, la Capuchina o Taco de Reina.
Caléndula
Es comestible.
Atrae polinizadores y enemigos naturales.
Es planta trampa de pulgones.
Copete o Tagete
Atrae polinizadores.
Controla Nematodes del suelo debido a que produce
sustancias Alelopáticas.
Es repelente de pulgones y cochinillas.
Capuchina
o Taco de Reina
Es comestible.
Atrae polinizadores.
Es repelente de pulgones.
Cubre el suelo ya que es rastrera y lo protege.
Atrae enemigos naturales como pequeñas avispitas.Las flores además, le dan un toque de color, alegría y armonía a la huerta lo que hace de estar allí, un placer.
miércoles, 28 de septiembre de 2016
Stevia
en la Huerta Orgánica
La Stevia cuyo nombre científico es Stevia rebaudiana,
era conocida por los indígenas guaraníes como “yerba dulce”.
En la actualidad las hojas de la Stevia se usan como
edulcorante natural debido a que contienen una sustancia que es quince veces
más dulce que el azúcar de mesa y no produce efectos secundarios. La
Organización Mundial de la Salud ha reconocido las propiedades que posee la
Stevia como reductor del nivel de glucosa en la sangre y como regulador de la
presión arterial.
Se trata de una planta arbustiva que es semiperenne y
pertenece a la familia de las Compuestas como por ejemplo la Lechuga.
Es fácil de cultivar, aún en pequeñas superficies como
un balcón, pero presenta una gran variabilidad genética por lo que no se
sugiere la propagación por semilla.
Propagación de la Stevia
Si queremos tener algunas plantas en nuestra huerta, vamos
a tener que partir de una planta vigorosa que podemos adquirir en algunos
viveros para hacer la multiplicación mediante esquejes en primavera.
Etapas:
- A fines de octubre, cuando los brotes están bien desarrollados y sanos vamos a extraer con una tijera los esquejes que deberán tener 10 a 15 cm de largo, cinco nudos y estar libres de flores terminales. Es importante cortar los esquejes por debajo del quinto nudo y luego sacar las hojas de la base dejando solamente las hojas terminales.
- Los esquejes cortados se ponen en un vaso con agua a la sombra hasta su plantación.
- Para la siembra de los esquejes ya sea en macetas o en un cajón o en un rincón de algún cantero debemos preparar el suelo con una mezcla de tierra y abono orgánico. Allí vamos a enterrar los esquejes unos 5 cm con ayuda de una cuchara o pala y tratando de que no queden bolsas de aire alrededor de la raíz para facilitar el enraizamiento.
- Por
último regamos de forma que el suelo
quede bien mojado teniendo en cuenta que los esquejes deben estar en un lugar
iluminado pero la luz del sol no les puede incidir directamente.
- Al cabo de un par de meses luego de haber regado y cuidado los esquejes del sol intenso, vamos a poder obtener las plantas que trasplantaremos a su lugar definitivo.
De esta manera vamos a poder tener nuevas plantas que
durarán varios años en nuestra huerta siempre
que acondicionemos el suelo con el agregado de abono orgánico en otoño y
primavera.
Cuidados
La Stevia es sensible a heladas por lo que durante la
estación fría habrá que protegerla de las bajas temperaturas con polietileno o
botellas de plástico (en el caso de plantas en macetas). En verano debemos
evitar exponerla al sol directo por lo que habrá que protegerla con malla
sombra.
En cuanto al riego, evitar los excesos o la falta de agua.
La Stevia se puede asociar a los cultivos de la huerta, teniendo en cuenta que esta planta durará varios años.
lunes, 12 de septiembre de 2016
El pH del suelo en la Huerta Orgánica
La acidez del suelo se determina mediante la cantidad
de iones H+ que están presentes en una solución de suelo y la mejor forma de
determinar la acidez o alcalinidad de los suelos es mediante el valor de pH
(potencial de hidrógeno) que puede estar entre 1 a 14.
En base a ese valor hablamos de suelos ácidos cuando
el pH es menor a 7, suelos alcalinos cuando el pH es mayor a 7 y suelos neutros
cuando el pH es 7.
¿Por
qué es importante determinar el pH del suelo?
Las plantas absorben los nutrientes del suelo siempre
que estén solubles, es decir el suelo puede tener una gran cantidad de
nutrientes, pero si no están solubles las plantas no lo pueden absorber. Esto
ocurre en los suelos muy ácidos, en ellos se verá afectada la absorción de nutrientes porque la acidez incide
en la solubilidad, por esto deberíamos conocer el pH del suelo.
Los suelos con pH muy ácido pueden provocar toxicidad
en las plantas por alto contenido de metales como aluminio, hierro, manganeso,
cobre, cobalto o boro, además se ve afectada la actividad microbiana y de las
lombrices que cumplen una función de enorme importancia en el suelo.
Los suelos con pH muy alcalino son deficientes en
hierro y provocan en la planta clorosis, la que se manifiesta en amarillamiento de hojas y
posterior muerte de la planta.
Cuando queremos instalar una huerta a campo y existen
dudas sobre el pH del suelo (o incluso como actividad para realizar en los
proyectos educativos), una práctica adecuada y sencilla es determinar el pH con
papel tornasol o papel pH.
Procedimiento:
- Colocamos en un recipiente de vidrio una suspensión de suelo que se obtiene mezclando una parte de suelo y dos partes de agua destilada.
- Luego sumergimos la cinta de papel en la suspensión por algunos segundos.
- De acuerdo al color que toma la cinta podemos determinar el pH del suelo.
La mayoría de las plantas de la huerta prefieren
suelos entre ligeramente ácidos a neutros con pH entre 6 y 7. Algunas especies
toleran suelos algo más ácidos (frutilla, boniato, berenjena, papas) y otras
algo alcalinos (habas).
En la huerta orgánica el manejo del suelo, basado en
el aporte de abonos orgánicos en otoño y primavera como compost o humus de
lombriz, permite mejorar las propiedades químicas del suelo como por ejemplo
las posibles variaciones del pH llevándolo a la neutralidad, además de mejorar
las propiedades físicas y biológicas.
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