La Luna, el Sol, las Constelaciones y la Huerta Orgánica
Desde tiempos muy antiguos se ha observado que los movimientos de la luna, el sol e incluso
otros astros del cielo influyen en el crecimiento de las plantas, lo cual se
fue trasmitiendo a lo largo de varias generaciones.
Algunos estudios como el de Torres, (2012), han
demostrado que los procesos biológicos que se dan en la naturaleza, están
influenciados por las fuerzas gravitatorias del sol, la luna, los planetas y las constelaciones.
En los vegetales, estos
inciden en la dinámica de los fluidos de los tejidos, en el comportamiento de
los microorganismos causantes de enfermedades, en las plagas que atacan las
plantas, en la fotosíntesis, en la germinación de las semillas, en la absorción de nutrientes del suelo y en la calidad de las cosechas.
Como hemos señalado anteriormente, la agricultura
orgánica se sustenta en base a una serie de medidas de manejo
(asociación-rotación de cultivos, contenido de materia orgánica del suelo,
entre otros). Considerar la influencia de la luna, el sol o las constelaciones
a la hora de definir realizar determinadas actividades en la huerta, es válido,
en la medida que quien las aplique haya obtenido resultados favorables, lo cual
tiene una explicación científica pero compleja, debido a la gran cantidad de
factores involucrados.
Las diferentes fases de la luna inciden en el ascenso
o descenso de la savia de las plantas, lo que tendrá efectos en el desarrollo,
productividad y calidad de las cosechas. Esto estaría justificando muchas de
las creencias populares trasmitidas de generación en generación y que dan
buenos resultados.
Algunos ejemplos
a destacar:
Cuando la luna está en fase creciente la savia
bruta transportada por el xilema, comienza a ascender desde las raíces hacia
las hojas. En esta fase se favorece en las plantas el desarrollo vegetativo, el
crecimiento en altura y la producción de frutos. Se sugiere entonces sembrar: tomate, morrón,
poroto, maíz, zapallo. Muchos productores evitan sembrar lechuga en fase creciente para evitar su
floración temprana. También en esta fase las plantas tendrán una menor
resistencia a enfermedades.
Cuando la luna está en fase menguante la savia
elaborada transportada por el floema, comienza a descender desde los tallos y
hojas verdes hacia la raíz. En esta fase se favorece el desarrollo de cultivos
que desarrollan raíces y tubérculos bajo tierra. Se sugiere sembrar: zanahoria,
remolacha, rabanito, papa y por lo que dijimos anteriormente lechuga o acelga.
En esta fase puede aumentar la resistencia de las plantas a las enfermedades.
También se observó que las diferentes fases lunares
tendrían incidencia sobre la actividad de los insectos y sobre la cría y
reproducción de lombrices.
El tema tratado constituye una razón más sobre la
importancia de considerar a nuestra huerta como un sistema que es parte de
otros, y donde existen una gran diversidad de factores que se interrelacionan.
Cuanto mayor sea la cantidad de factores considerados, mejores serán los
resultados.
Torres
M, A.V (2012) Determinar la influencia de la luna en la agricultura.
Universidad de Cuenca Facultad de Ciencias Agropecuarias.
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