La Agricultura Orgánica como estrategia para reducir los gases de efecto invernadero (GEI).
Desde el siglo XX, a partir de
la Revolución Industrial y de la
Revolución Verde en la agricultura, nuestro planeta Tierra ha venido
experimentando una serie de cambios a nivel climático (debido al incremento de
algunos gases a partir de allí), lo que convirtió al ser humano en el principal
agente del cambio climático.
El efecto invernadero
natural es importante para el desarrollo de la vida en nuestro planeta, de lo
contrario las temperaturas serían muy bajas. Sin embargo, algunas actividades
antrópicas como la industria y la agricultura han provocado un aumento de los
gases con efecto invernadero (GEI).
Las prácticas de la
agricultura convencional han causado el aumento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y
dióxido nitroso (N2O), considerados gases de efecto invernadero.
Una estrategia válida para
reducir el impacto negativo de la agricultura convencional nos la brinda la Agricultura
Orgánica por medio de sus prácticas de manejo que permiten:
- Conservar la biodiversidad, por ejemplo mediante la asociación y rotación de cultivos.
- Conservar la calidad del agua debido a que no se usan productos de síntesis química que puedan contaminar las aguas superficiales o profundas.
- Conservar la fertilidad del suelo por el uso de rotaciones de cultivos, abonos orgánicos o plantas leguminosas.
- Evitar la erosión mediante el uso de coberturas vegetales.
Todas estas prácticas redundarán
en una reducción en la producción de CO2 y
N2O en mayor grado, y de CH4 en menor grado, lo que permitiría disminuir
los impactos negativos que en definitiva afectarían la seguridad alimentaria de
las poblaciones más vulnerables.
No hay comentarios. :
Publicar un comentario