La asociación de cultivos,
práctica común en la Huerta Orgánica, es un aporte más que los Indígenas
Americanos han hecho a las prácticas agrícolas sostenibles.
Actualmente se reconoce un
retorno de lo científico-académico a lo intuitivo–natural. Esto implica re-valorar el conocimiento que aporta el sentido común, que es el conocimiento a
partir de lo vivido y realizado en el día a día, práctica habitual en los
Indígenas Americanos, quienes vivían en verdadera comunión con la tierra.
La asociación maíz – poroto –
zapallo, tan milenaria y vigente, es un ejemplo donde cada uno de los cultivos implicados
se benefician.
El maíz es un cultivo con
altas exigencias de luz y que a su vez, debido a su desarrollo brinda sombra al poroto y al
zapallo.
El poroto, al ser una leguminosa,
fija el nitrógeno atmosférico y aporta este elemento a los otros dos cultivos.
Por último, la planta de
zapallo al desarrollarse sobre el suelo, evita el desarrollo de malezas que
puedan competir.
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